Mirando esta fotografía descubro como el simbolismo que conserva relacionado a su descripción de tiempo y espacio queda desplazado por el hecho de saber o mejor dicho reconocer en su gesto a uno de los retratados.
Esta fotografía me dio un sentimiento tan seguro como el recuerdo que concuerda a la vez con la esencia de mi padre y con la tristeza que su muerte produce en mí.
Una vez mas la fotografía me enseña cosas muy finas, esas de verificar como un signo puesto en esa emulsión virgen, puede ser visto en maneras muy diversas por las personas que lo observan.
En mi se potencio mas el hecho de poder ver a mi viejo en ese rostro y en ese pequeño cuerpo, ya que así no lo he visto jamás, su adulta edad reflejada por su rostro mas característico en el, era hasta este momento la imagen que conserve en mi recuerdo.
Aunque estoy convencida que esta fotografía reúne todos los predicados posibles que constituían la esencia de mi padre.
No podía más que omitirme de mi reflexión que esta foto me había descubierto remontándome en el tiempo.
Los griegos penetran en la muerte andando hacia atrás, tenían ante ellos el pasado, así he remontado yo toda mi vida, no la mía, sino la de aquella a quien yo amaba.
Lo que observe al principio de forma separada, es que una foto es de algún modo conatural con su referente, lo descubrí ahora de nuevo, como algo nuevo, debería decirlo así arrebatada por la verdad de la imagen. Así pues desde aquel momento debía consentir la mezcla de dos voces: la de la trivialidad (decir lo que todo el mundo ve y sabe) y la de la singularidad (hacer emerger dicha trivialidad del ímpetu de una emoción que solo me pertenecía a mi).
Es preciso ante todo concebir y decir en que se diferenciaba el referente de la fotografía del de los otros sistemas de representación. Llaman “referente fotográfico” no a la cosa facultativa real a que remite una imagen o un signo, sino a la cosa necesaria real que ha sido colocada ante el objetivo y sin la cual no habría fotografía.
Con estas imitaciones de lo real, o espejos o reflejos, nunca se puede negar que ese objeto no ha estado ahí. Hay una doble posición conjunta de realidad y de pasado puesto que tal imperativo solo existe por si mismo, debemos considerarlo por reducción como la esencia misma de la fotografía, él NOEMA de la fotografía. Aquel noema seria pues “esto ha sido”
Y como para mi a través de esa foto activo mi recuerdo y a su vez lo reconozco a través de mis sentidos, me transporto en el tiempo, en un túnel de tiempo, en un mismo recto, sedienta por la falta actual, húmeda por el no estar presente.
Por eso reconozco el noema y desde ahí me planto de corazón y siento que aunque ahora ya no pueda fotografiarte, pues ya no estas, lo estas a través de esta fotografía, porque sin ella no podría decir : este es mi viejo.
FELIZ DIA.
Tu hija.
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